sábado, 11 de junio de 2016

Dios en la tierra

Dios en la Tierra es un cuento escrito por José Revueltas y publicado en 1944.  La historia se enfoca en los habitantes de un pueblo, hermético y fanático religioso, y los federales, cansados y esperanzados.
El tiempo del relato es cronológico, el espacio se sitúa en aquel pueblo
El narrador es de 3a persona u omnisciente, relata lo que pasa y lo que sienten los personajes.
La historia está escrita en un tono amenazante, puedes sentir todo lo que se describe de Dios, está furioso, está iracundo, y se manifiesta en sus habitantes, en el aire hostil, en la tierra y en el agua, los federales están cansados, hambrientos y sedientos, van de lugar en lugar en busca de saciar sus necesidades pero ]Dios no lo permitirá. El teniente Medina a cargo de los federales, tiene la promesa de un profesor, de que llegando al pueblo, los habitantes les ofrecerán agua, se apiadaran de ellos.
Cuando por fin creen encontrar al profesor y con él la promesa de un poco de agua, se llevan una sorpresa al ver al profesor empalado, como si se tratase de un espantapájaros; Dios ha desatado su furia, pues lo desafiaron atreviéndose a ofrecerles agua a los federales, a los enemigos de Dios.
Se puede notar en la narración la formación académica que tenia Revueltas respecto al tema, pues siempre se intereso por las religiones y la filosofía, y el cuento es un claro ejemplo de ello. También existe la tradición del cuento referente a la revolución mexicana, es un pasaje alusivo a la guerra de los cristeros, donde todo se hacia en nombre de Cristo Rey, ya fueran hechos buenos como deplorables.
Personalmente el cuento tiene muchas alusiones políticas, un tema difícil, pero dada la situación del país en aquella época se puede entender. La literatura era un medio para revelarse, para denotar la inconformidad que ocasionaba el ambiento político opresor.

Tachas

Tachas es un cuento escrito por Efrén Hernández en 1928. La historia se centra en un estudiante de apellido Juárez, el maestro, y sus compañeros son personajes secundarios dentro del texto. 
El tiempo del relato es cronológico, el espacio se sitúa en un salón de clases, aunque por el tipo de narración , te traslada a diferentes espacios. 
El tipo de narrador es en primera persona protagonista.
El protagonista relata como se encuentra en su salón de clases, mientras su maestro pregunta "¿qué cosas son tachas?", el protagonista lejos de intentar responder, se divaga entre sus pensamientos, se pierde en las figuras, en los detalles que observa, pero de algún modo, la pregunta del profesor se ha incrustado en su pensamiento disperso, mientras observa y piensa en las nubes recurre otra vez la pregunta, que irrumpe sus pensamientos. Ahora la pregunta que tanto ignoraba se ha metido en sus pensamientos, ahora descubre, mediante sus divagaciones, cual podría ser una posible respuesta.
Este cuento es de importancia para la época, pues el estilo de narración y la temática fueron muy novedosos, el cuento deja de lado las narraciones post-revolución mexicana, para dar entrada a un relato fantasioso y de corte más informal y relajado.
Particularmente Tachas me parece un cuento sumamente agradable, te lleva a un viaje de introspección, te sientes un niño, imaginando y pensando, encerrado en un mundo que no muchos entienden, buscando las respuestas a el mundo lógico, al mundo que siempre está exigiendo respuestas. "'¿Tachas? ¿Pero, qué cosa son tachas?' Pensé yo. '¿Quién va a saber lo que son tachas? Nadie sabe siquiera qué cosas son cosas, nadie sabe nada, nada'"
Es un cuento de atractivo universal y atemporal, a pesar de haber sido escrito hace 88 años, uno se puede identificar inmediatamente con la situación.

viernes, 10 de junio de 2016

No oyes ladrar a los perros

No oyes ladrar a los perros es un cuento escrito por Juan Rulfo que se encuentra en el libro El Llano en llamas, de 1953. La historia se centra en dos personajes, "el viejo" e "Ignacio".
El tiempo del relato es cronológico, el espacio se sitúa en un lugar llamado Tonaya, municipio de Jalisco.
El narrador es de 3a persona u omnisciente, relata lo que pasa y lo que sienten los personajes.
El viejo, o el padre de Ignacio, lleva en sus hombros a su hijo malherido, quiere llegar a Tonaya para que un doctor atienda a Ignacio, posiblemente que le salve la vida. Ignacio se encuentra muy mal, prefiere quedarse como está, que su padre ya no cargue (literal y figurativamente ) con él, pero su padre insiste, al mismo tiempo que le reprocha, pues debido a sus malas decisiones ahora se encuentra así, moribundo. 
El padre ayuda a Ignacio más que por convicción, lo hace como obligación, como si fuese su deber moral, como si su difunta esposa se lo demandara, Evidentemente el padre no cree que su hijo merezca su ayuda. Pero el deber moral lo ciega y lo ensordece, de tal manera que mientras carga a su hijo él ya no puede ver ni oír nada, por eso le pide a Ignacio que le avise cuando escuche a los perros ladrar, pues él no puede. 
La historia como muchas obras de Rulfo, relatan una realidad del México rural, con campesinos, montañas, gente humilde y silenciosa en pueblos sombríos y apartados. La narración de un padre que lleva en sus hombros el cuerpo malherido de su hijo, y que no se rinde hasta encontrar ayuda para él es conmovedora, te hace pensar en las miles de historias semejantes que se viven en el país.
Es una semejanza del arduo trabajo que realizan los padres para ofrecer a sus hijos mejores oportunidades, principalmente en poblaciones rezagadas.
Personalmente el cuento me parece enternecedor, creo que muchas personas se pueden sentir identificados con el relato, y cuando lees algo que te deja pensando es una sensación de satisfacción, de que ese texto ha marcado tu pensamiento.